Zak, Cloe, Kiet y Fenzy son cuatro amigos de 13 años muy impopulares y sin ningún talento para los deportes. Un día, mientras lamentan el rechazo de sus compañeros, un rayo cae del cielo con cuatro brazaletes y los transporta a otra dimensión en la que tienen super-poderes. Allí les espera Tänpo, un ser pequeño y sabio que les confunde con unos guerreros a los que pretendía entrenar en el arte del "Sendokai". Tras poner a prueba sus habilidades, Tänpo descubre finalmente que ha habido un error y los chicos no son los guerreros que esperaba. Les pide que se marchen, pero Zak está harto de que los demás les juzguen y decide demostrar que valía. Aunque la prueba vuelve a ser un desastre, Tänpo percibe su espíritu de lucha y se replantea su decisión. Finalmente, decide entrenarlos para ser guerreros Sendokai. Cuando lo sean deberán cumplir una misión: salvar la Tierra de la invasión del Imperio Zorn.

Tänpo explica a los chicos que el imperio de los Zorn están invadiendo el Multiverso y que la única manera de salvar la Tierra es ganar el gran Torneo de Sendokai. Un campeonato de un ancestral arte cuya tradición dicta que solo el vencedor será indultado... Pese a la seriedad del asunto, los chicos confían en sus nuevos poderes y creen que ganar el Torneo será fácil, así que Tänpo decide retarles a un combate de Sendokai. El maestro les da una paliza y los chicos aprenden que ser un guerrero Sendokai es mucho más que tener super-habilidades: también es espíritu de sacrificio, trabajo en equipo y humildad. Mientras, el Mariscal, líder de los Zorn, maquina la invasión de varias dimensiones y revela a sus comandantes un hecho que los humanos desconocen: nadie ha vencido nunca a los Zorn en el Gran Torneo.

Los chicos parecen no tomarse muy en serio su nueva misión, así que Tänpo decide enviarlos a la dimensión Urlok. Ésta resulta ser un lugar devastado cuyos habitantes viven amenazados por insectos gigantes. Durante un asedio, Zak, Cloe, Kiet y Fenzy ayudan a los urlok a repeler el ataque de los insectos y consiguen expulsarlos. Los muchachos preguntan a los nativos a qué se debe el estado ruinosos de su dimensión. Los urlok se lo explican: la dimensión Urlok se encuentra en este estado porque, años atrás, perdió en el torneo de Sendokai. Esto es lo que le ocurrirá a la Tierra si los chicos fracasan en el Gran Torneo. A partir de ese momento, los chicos asumen la gravedad de la amenaza que deben combatir.

Tänpo encarga a los chicos labores aburridas y pesadas que parecen muy alejadas de lo que debería hacer un guerrero Sendokai: podar las plantas, recoger frutos, transportar cántaros... Los chicos creen que el maestro les toma el pelo para aprovecharse de ellos y que le hagan las labores de casa. Sin embargo, al acabar la jornada les plantea un reto: deben sortear un circuito de obstáculos y golpear el senrok. Entonces descubren que los trabajos realizados les han servido para desarrollar capacidades que usarán en el campo.

Cloe viaja con Tänpo a la dimensión Maub, donde sus habitantes, sin saberlo, han sido ocupados por Zorns invisibles. Tendrá que despertar el poder de su armadura, la "visión Yao-Sen", si quiere vencerlos.

A modo de entrenamiento, los chicos se enfrentan a cuatro especímenes de la raza de Lula: los luls. Estos les juegan jugarretas y se transforman en esfera para sembrar la confusión en el campo. Finalmente los humanos consiguen vencerlos.

Por enésima vez, la madre de Zak no puede ir a casa por culpa del trabajo. La familia necesita el dinero pero Zak se niega a comprender lo y se desilusiona. Mientras entrena en la otra dimensión, Tänpo se percata de la tristeza de Zak y decide hacer un entrenamiento a solas con él en la dimensión Kaiju. Allí, subido a una nave, deberán destruir a un monstruo mecánico de los Zorn, el Senodonte pero sólo lo logrará si consigue dominar su poder: el disparo Zet-Sen. Para usar el disparo es necesario adaptarse a la situación. Finalmente, Zak acepta que, tanto en la Tierra como en la batalla, las cosas no son siempre como queremos y consigue destruir al monstruo haciendo el disparo. Por su parte, el Mariscal recibe noticias de la derrota y empieza a estar seguro de quién se esconde detrás de los últimos ataques a los Zorn.

Tänpo invita a cuatro guerreros legendarios de Sendokai y los chicos se llevan una decepción al ver que son muy ancianos. Estos retan a los humanos a un Sendokai y demuestran que su experiencia les hace mucho más poderosos. Cloe y Zak usan sus nuevos poderes, pero los ancianos les vencen por poco.

Kiet se pasa el día haciendo el gandul y aprovechándose de su abuela. Ésta le riñe y le dice que no puede seguir así. En la otra dimensión su actitud sigue igual, así que Tänpo lo lleva al universo de los Molox, unos hombres-topo a los cuales los Zorn, bajo el mando del comandante Kazkrad, están robando la energía Sen. La valentía de los Molox impresiona a Kiet y, sumada a las palabras de su abuela, hace que éste reaccione, deje de hacer el vago y consiga despertar su nuevo poder: el escudo Koa-Sen. Kiet, Tänpo y los hombres topo consiguen expulsar a los Zorn. Cuando el ministro Sidmodius escucha la noticia parece que no le disgusta: un maléfico plan está rondando su cabeza.

El ministro Sidmodius pretende manipular al Mariscal para que acceda a usar la caja del rey Sestrad: una caja que contiene un poder tan grande que resulta peligrosa para quien la posea. Pero el Mariscal es reticente y la comandante Lalith recela de las auténticas intenciones de Sidmodius. Por su parte, Tänpo quiere conseguir para su causa otra caja, la del rey Nus-trad, antiguo enemigo de Ses-Trad. Para obtenerla, ha organizado un combate de Sendokai contra el guardián de la caja. Para sorpresa de los chicos, el guardián resulta ser una especie de perrito. Los chicos se enfrentan al guardián y el simpático animal resulta ser un rival mucho más duro de lo que creían. No obstante, Zak, Cloe Kiet y Fenzy usan los poderes que ya han aprendido y consiguen derrotarlo: podrán custodiar caja sin saber aún qué misterioso poder contiene.

Fenzy recuerda a su padre fallecido y eso la deprime. Tänpo la lleva a la dimensión Beldzar, donde acaba de morir el rey de los Beldzar. Los Zorn, dirigidos por la comandante Lalith, piensan aprovechar el duelo de los Beldzar para invadir su dimensión. Fenzy intenta repeler el ataque mientras Tänpo se esfuerza por convencer a los Beldzar para que abandonen el duelo, cojan las armas y se defiendan. Finalmente, tanto Fenzy como los Beldzar aceptan que deben dar un paso adelante y superar elduelo. Derrotan a los Zorn y los expulsan. Cuando el Mariscal se entera de lo sucedido siente miedo y se enfada tanto que no escucha los consejos de Lalith y da permiso a Sidmodius para ir a buscar la caja de Ses-Trad. Lo que nadie sabe es que el ministro Sidmodius se infiltró entre los beldzars y les ayudó a derrotar a Lalith.

Es el último día de entrenamiento antes del torneo y Tanpö comunica a los niños que aún tienen que superar una prueba si quieren demostrar que pueden competir: deben vencerle. Los chicos se alarman. Es imposible, no lo conseguirán. El maestro se enfada y les convoca al atardecer en el campo. Los chicos se enfrentan a él y, tras una épica lucha, ganan por los pelos. Tanpö acaba derrotado pero feliz. Finalmente, considera que sus pupilos han mejorado lo suficiente y les hace entrega de una nueva armadura para que puedan usarla en el torneo. Cuando le preguntan por qué le preocupa tanto toda esta historia, el maestro confiesa que él falló contra los Zorn hace 10.000 años y condenó a su dimensión pero pronto la liberaran.

Empieza el gran torneo de Sendokai y los chicos se enfrentan al Profesor Silliw, un científico que controla simios con cascos cibernéticos. Para vencerle, los humanos destruyen los cascos y reducen los rivales a una tropa de monos incontrolados.

En su segundo Sendokai, los chicos se enfrentan a los Norbius: un ser repartido en varios cuerpos, con una única mente ínter conectada telepática mente. Esto le otorga una coordinación prodigiosa y acaba derrotando a los humanos.

Mientras se preparan para la siguiente fase del Torneo, todo en la vida terrestre de los chicos parece torcerse. Sus respectivas familias han tomado decisiones que ponen en peligro el futuro de la pandilla.

Los chicos se enfrentan a los Multimen, un equipo de jóvenes estrellas del Sendokai. Su líder, Kaiboy, seducirá maquiavélicamente a Cloe para poner nervioso a Zak y así intentar ganar el combate.

Zak, Cloe, Kiet y Fenzy se enfrentan a las Chroneks: unas guerreras que son capaces de viajar en el tiempo para avanzarse a los movimientos de su rival. Finalmente, los chicos conseguirán derrotarlas y demostrarán que el futuro no está escrito. Nota: Cloe consigue su nuevo poder.

El Mariscal se acoge a la antigua ley de Kronian para enfrentar los humanos a un rival que realmente pueda hundirlos: los Urloks, un pueblo amigo que les regaló sus primeras armaduras. Además, descubren que los urloks han aceptado el combate para poder dejar una dimensión mejor a sus hijos.

Kiet está nervioso porque los siguientes combates son contra los Zorn. Al empezar el Sendokai, Kazkrad descubre su rostro y resulta ser... igual que Zak. Es un Zak maligno de una dimensión paralela. ¡Todo el equipo son versiones malvadas de los chicos!.

Los chicos se enfrentan a la comandante Lalith, que invoca a cuatro espectros para que luchen a su lado. Ella sabe que si no consigue derrotar a los humanos, algo terrible les ocurrirá.

Al enfrentarse a los chicos, Lalith recuerda su pasado con Tänpo y se da cuenta de que se ha convertido en aquello que combatió. Va a tener que decidir si sigue al lado de los Zorn.

Tänpo ha desaparecido, y los padres de los chicos los han castigado y el grupo se va a romper. Mientras, se acerca el combate contra el Mariscal y Lalith decide que les va a ayudar a vencerlo

Empieza el combate y el Mariscal transporta la fortaleza a la Tierra para empezar la invasión. Todos los terrícolas seguirán en combate... sin saber quienes son esos heroicos guerreros humanos.

Zak, Cloe, Kiet y Fenzy defienden el destino de la tierra jugando al fútbol.

Debido al poder de la caja que poseía el Mariscal, los chicos pierden el poder de sus brazaletes y vuelven a ser chicos normales, pero aun así podrán derrotar a los Zorn. En este episodio, Zak le confiesa a Cloe su amor, mientras ella también lo hace.