El emperador del porno Joe D'Amato aporta un poco de vidilla al subgénero del “nunsploitation”, mostrando unas cuantas monjas ninfómanas haciendo de todo entre ellas y con cualquier hombre que se les cruce por el camino. Curiosamente, D'Amato estaba mucho más interesado en hacer una película porno que una película religiosa (es ironía, claro) y se nota enseguida, porque la historia está salpicada de eventos sexuales, y cualquier susurro de una trama existe sólo para encadenar dichos eventos. Después de acoger a un hombre herido, contra todas las reglas del convento, las novicias que lo habitan pronto se encuentran convirtiendo a la víctima en el foco de todos sus deseos carnales. Sin embargo, el tipo también ha traído consigo al diablo (en forma de estatua), y esto lleva al sacerdote local a visitar el convento para expulsar al demonio, pero el “pobre hombre” acaba convirtiéndose también en objeto de deseo de las religiosas.
En realidad no parece que esta película pudiera funcionar como una película porno al uso, ya que empieza con escenas de sexo desconectadas de cualquier argumento. Sin embargo, D'Amato pronto resuelve esta tendencia con una plétora de escenas tiernas y pervertidas que presentan a algunas de las monjas más voluptuosas que jamás hayamos visto en toda nuestra vida en catequesis, y eso la convierte en una cinta mucho más completa que la mayoría de las relacionadas con el subgénero “mongil”. Aunque los números sexuales podrían considerarse más sutiles que explícitos, “Immagini di un Convento” destaca curiosamente por unos valores de producción realmente interesantes. La fotografía de Aristide Massaccesi es nítida y hasta sobrecogedora, y las actuaciones del elenco dan el pego incluso cuando llevan la ropa puesta.